Examen de las PBAU (Selectividad) de Historia de la Filosofía

ACLARACIONES SOBRE EL COMENTARIO DE TEXTO

 

Para realizar un buen comentario de texto, debes seguir estas indicaciones:

1.       Realizar una primera lectura rápida del texto (identificar términos cuyo significado desconozcamos y buscar definición de los mismos)

2.       Leer las cuestiones propuestas para el comentario

3.       Realizar una segunda lectura comprensiva (más pausada): subrayar (expresiones, ideas importantes) y anotar en los márgenes (señalando la estructura del texto y las ideas que nos sugiere)

4.       Responder las cuestiones planteadas. (Al escribir tu respuesta es importante apoyarse en el propio texto, es decir, citar términos o frases del texto utilizando comillas.)

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El COMENTARIO DE TEXTO consta de las siguientes cuestiones:

  1. Descripción del contexto filosófico-cultural que influye en el autor del texto
  2. Comentario de texto:

a)       Explicación de las dos expresiones subrayadas

b)       Identificación y explicación del contenido del texto

c)       Justificación del texto desde la posición filosófica del autor

  1. Relación del tema o autor del texto con otra posición filosófica
  2. Valoración razonada de la actualidad de las ideas contenidas en el texto o del pensamiento del autor.

 ACLARACIONES:

-En la pregunta Nº1 sobre el contexto, comienza refiriéndote al texto que se comenta y a la obra a la que pertenece. (En el caso de Platón: “El texto que comentamos pertenece a su obra República, un diálogo del período de madurez. En él expone su concepción acerca del conocimiento, así como su modelo de Estado ideal gobernado por un rey–filósofo. También explica aquí su concepción de la justicia”.) Después sigue el orden establecido en la cuestión 1 (página 1) de los apuntes. En esta cuestión se valorará con 1 punto los aspectos histórico-culturales y con 1 punto los aspectos filosóficos que influyen en el autor.

 -En la cuestión Nº 2:

 A) En el apartado primero se valora la claridad y precisión de la explicación de las expresiones. Se trata de decir lo que significan esas expresiones en la filosofía del autor de que se trate y del uso de la expresión en el propio texto comentado. ─No de dar la definición que aparezca en el diccionario.─ (Debes estudiarte el GLOSARIO de términos que aparece al final de cada TEMA).

 B) En este apartado se valora la identificación del tema del texto y el desarrollo argumentativo que realices. Aquí debes especificar qué tema o temas se abordan en el texto; es decir, lo que dice el texto y cómo lo dice. Hemos de identificar en el texto los siguientes elementos: tema, estructura e ideas principales.

-Tema (asunto o tesis fundamental del texto). Expresar dicho tema con brevedad (en una sola frase)

-Estructura. (Indicar si el texto tiene distintas partes. Las estructuras más frecuentes son:

- Introducción-presentación, desarrollo y conclusión;

- Dos o más apartados correspondiendo cada uno de ellos a un tema diferente;

- Un primer apartado donde se expone un tema y un segundo apartado donde se explica, se discute (puede intervenir más de un personaje) o bien se ejemplifica dicho tema mediante casos concretos. 

Hay que especificar qué líneas del texto ocupa cada una de las partes, y justificar brevemente el porqué de esas partes.

-Ideas principales del texto que desarrollan el tema o asunto principal. Habrá que analizar un mínimo de tres ideas y de cada una de ellas indicar: 1.Su localización en el texto (líneas o párrafos donde está ubicada); 2.Citar entre comillas alguna palabra o expresión del texto relativa a esa idea; 3.Explicación de esa idea, conectándola con los contenidos estudiados en clase.

 C) En el tercer apartado, se valora tu capacidad para relacionar la temática del texto con las teorías del autor. Relaciona aquí los temas del texto con aquel aspecto de la filosofía del autor que corresponda: metafísica (si el texto aborda temas relacionados con la realidad o el ser), teoría del conocimiento (si trata temas relativos al conocimiento de la verdad) o antropología (si son temas de moral o política).

 

  

PROPUESTA DE CUATRO COMENTARIOS DE TEXTO RESUELTOS

(Textos de Platón, Descartes y Nietzsche)

TEXTO DE PLATÓN 1

 -Después de eso proseguí. Compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta.

Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.

- Me lo imagino.

- Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan.

- Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.

- Pero son como nosotros. Pues, en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?

- Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.

(Platón, República, VII)

 

1.Descripción del contexto histórico-cultural que influye en el autor del texto.

Platón nació en Atenas el año 427 a.C. en el seno de una familia aristocrática, y murió en el 347 a. de C., con 80 años. Los acontecimientos histórico-culturales que influyen de manera más decisiva en su filosofía, son los siguientes:

Con veinte años conoció a Sócrates, del que fue discípulo, hasta que, ocho años después Sócrates fue condenado a muerte, circunstancia que influyó de manera decisiva en el pensamiento platónico.

En el siglo V a. de C., Pericles (discípulo de Anaxágoras y de Zenón) es el gobernante de Atenas más destacado. Él manda erigir el Partenón en agradecimiento a los dioses por la gran victoria griega ante los persas. La paz permitió un esplendor cultural en la ciudad, a través del teatro (con las tragedias de Sófocles y  las comedias de Aristófanes), la escultura y la arquitectura (con Fidias, principal responsable del diseño del Partenón y creador de la gran imagen de la diosa Atenea en el interior del mismo), y la filosofía.

Sin embargo, en la segunda parte de este siglo tiene lugar la Guerra del Peloponeso entre Esparta y Atenas. La guerra termina en el año 404 con la derrota de Atenas, que paga un alto precio por su derrota: la eliminación de la democracia y la imposición por parte de Esparta de un gobierno oligárquico (los Treinta Tiranos). En varias ocasiones Sócrates demuestra su honestidad y valentía, enfrentándose a las decisiones arbitrarias de este gobierno, aun a riesgo de su propia vida. Platón era pariente de Critias (sofista de quien Sócrates había sido maestro) y de Cármides, miembros del partido oligárquico y protagonistas destacados en el gobierno de los tiranos. Éstos llamaron a Platón para que participara en su régimen, pero él prefirió esperar y observar su comportamiento. Los crímenes y horrores cometidos por este gobierno le hicieron desistir de prestarles su colaboración. Un año después, en el 403, se restaurará la democracia; pero en el año 399, bajo el régimen democrático, Sócrates será juzgado y condenado a muerte.

Los estragos cometidos por los tiranos, sumados a la condena a muerte de su maestro bajo la democracia, provocaron en Platón una honda decepción con respecto a los diversos sistemas políticos que le llevó a dedicarse en exclusivo a la investigación filosófica. Llegó a la convicción de que la humanidad no se verá libre de males mientras que no se hagan cargo del poder los filósofos (esa será la propuesta contenida en su república utópica, denominada kallipolis). En dos ocasiones, Platón intentó poner en práctica sus ideas políticas, viajando para ello a Sicilia, pero fracasó en ambas, llegando a ser vendido como esclavo. Después compró unos jardines contiguos al santuario del héroe Academo, fundando allí su escuela de filosofía, que denominó Academia. Para Platón, <<una vida sin investigación filosófica no merece la pena>>. En su Academia se enseñaba filosofía, música, astronomía y matemáticas (en el frontispicio estaba escrito: “Nadie entre aquí que no sepa geometría”). La Academia platónica permanecerá en funcionamiento durante mil años, hasta el siglo VI.

Desde el punto de vista del contexto filosófico, Platón defendió las posiciones de Sócrates –objetivismo e intelectualismo morales– en su polémica con los sofistas, defensores del relativismo y el convencionalismo. El desarrollo posterior de su propia filosofía le llevará a formular la teoría de las Ideas, que, a pesar de su originalidad, se mantiene fiel a las enseñanzas socráticas.

Como su maestro, prefiere el diálogo a la oratoria pues sólo aquél es capaz de hacer que el discípulo encuentre la verdad en colaboración con otros discípulos y el maestro, sin que éste imponga nada. No obstante, Platón, a diferencia de Sócrates, sí escribió, y en sus obras creó un nuevo género literario: el diálogo, con Sócrates como personaje protagonista. Sólo el diálogo es fiel expresión de la investigación filosófica que, según Sócrates, consiste en un examen de uno mismo y de los demás a través de preguntas y respuestas. El pensamiento mismo no es más que un diálogo interior del alma consigo misma.

Platón, como su maestro, tiene la convicción de que la filosofía no debe consistir en un conjunto de doctrinas, sino en una investigación abierta que replantea constantemente los problemas con el objetivo de aproximarse cada vez más a la verdad.

Sus obras se clasifican en cuatro periodos: los diálogos socráticos o de juventud que escribió a partir de la muerte de Sócrates, como la Apología de Sócrates; los diálogos de transición, donde plantea diversos problemas políticos (como el Gorgias donde critica la retórica sofista); los diálogos de madurez, donde aparece ya expuesta su teoría de las Ideas y que son los más conseguidos literariamente (como Banquete, Fedón, Fedro y República. En esta obra (de la que comentaremos varios fragmentos) expone su concepción acerca del conocimiento, así como su modelo de Estado ideal, gobernado por un rey–filósofo. Explica asimismo su concepción de la justicia. En los últimos diálogos que escribe, Platón, como buen socrático, somete a revisión sus propias teorías.

2.Comentario de texto:

a)Explicación de las dos expresiones subrayadas

-“Educación”: En Platón, el término “educación” hace referencia al conocimiento de la verdad. Quien desee alcanzar la sabiduría filosófica debe abandonar el estado de opinión –doxa– para lograr el conocimiento científico –episteme– y esto sólo se consigue mediante un proceso de educación gradual. Éste consiste en llevar al ser humano de la visión de lo sensible a la contemplación del mundo de la verdad y conducirle hacia el punto más alto de ese mundo que es la Idea del Bien. El proceso educativo Se desarrolla en varias fases (gimnasia, música, matemáticas y astronomía) y concluye con la enseñanza de la filosofía para los mejores. En este texto, el proceso educativo está representado por el proceso de liberación del cautivo y su salida al exterior de la cueva.

-“Un fuego que brilla”: Con esta expresión se refiere al fuego que está situado tras los titiriteros y que irradia su luz sobre las figurillas que portan y que proyectan su sombra en el fondo de la caverna. Ese fuego representa al Sol que irradia su luz en el mundo material o sensible.

 

b)Identificación y explicación del contenido del texto

-El texto que comentamos tiene como tema o asunto principal la explicación de la alegoría de la caverna en relación con la educación o la ignorancia de los seres humanos.  

-El texto tiene la siguiente estructura:

Una primera parte que ocupa las dos primeras líneas en las que se presenta el asunto principal del texto.

Una segunda parte que ocupa las líneas 3 a la 14, donde aparecen los principales personajes y símbolos del mito de la caverna.

Una tercera parte, a modo de conclusión, donde se da una explicación o interpretación de la ignorancia humana.

-Pasamos ahora a analizar las ideas principales contenidas en el texto:

-Idea 1: En las líneas 1-2, se compara la naturaleza humana con la alegoría que se va a exponer en el resto del texto: “Compara nuestra naturaleza respecto de su educación… con una experiencia como ésta”. Platón, por boca de su maestro Sócrates -que es el interlocutor principal en todas sus obras- nos sitúa desde el comienzo de la alegoría en el ámbito del conocimiento y la ignorancia. El alma humana encarnada en el cuerpo ha olvidado toda su sabiduría y permanece ignorante.

-Idea 2: En las líneas 3-6, se describe el estado en que se encuentran los protagonistas de la alegoría: los cautivos en la “morada subterránea en forma de caverna”. En ella están encadenados desde niños, obligados a mirar hacia el fondo. Los cautivos representan el alma humana encadenada al cuerpo y aspirando a liberarse del mismo. Se encuentran en un estado de ignorancia absoluta que Platón denomina “Eikasia” o imaginación. El cuerpo, con sus sentidos y sus pasiones, esclaviza al alma -según Platón- y le impide elevarse al que constituye su verdadero ámbito: el inteligible, es decir, el mundo de las Ideas.

-Idea 3: En las líneas 6-7, se hace referencia a “un fuego que brilla”. Este fuego representa el Sol, que ilumina a todos los seres en el ámbito material o sensible. En el interior de la caverna ese fuego ilumina los objetos que proyectan sus sombras sobre el fondo de la caverna: son las sombras que están condenados a contemplar los cautivos. Platón compara el Sol con la Idea del Bien, pues si ésta preside el mundo de las Ideas; aquel es quien da luz y vida a todos los seres del mundo sensible.

-Idea 4: En las líneas 8-14, aparecen otros personajes importantes en el mito: los titiriteros.  “Los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos”. Los titiriteros son quienes, de alguna manera, mantienen a los cautivos en el engaño. Representan a aquellos que engañan a los ignorantes. Estos titiriteros bien pueden representar a los sofistas, un grupo de filósofos que Platón despreciaba. Las figuras que portan representan a los objetos materiales del mundo sensible. Es el estado que Platón denomina como “Pistis” o creencia.

-Idea 5: Por último, en las líneas finales del texto, Platón dice que los cautivos “son como nosotros” y que no han visto ni conocen otra cosa más “que las sombras proyectadas por el fuego”. Platón aclara aquí el sentido de la alegoría (o mito) de la caverna: los cautivos que deben escapar de su estado de ignorancia (Eikasia y Pistis) representan a todo el género humano antes de someterse a un proceso educativo que le permita dirigir su alma hacia el mundo de las Ideas.

c)Justificación desde la posición filosófica del autor

Quien desee alcanzar la sabiduría filosófica debe abandonar el estado de opinión –doxa: conjetura y creencia– para lograr el conocimiento científico –episteme: pensamiento discursivo e inteligencia filosófica, como aparece en el Pasaje de la línea del Libro VI—. El conocimiento se consigue mediante un proceso de educación gradual, que Platón representa simbólicamente en la Alegoría de la Caverna –libro VII de República–.

   En el mundo sensible, se nos dice allí, los seres humanos somos como esclavos encadenados en una oscura cueva y obligados a mirar en el fondo de ésta las sombras de los seres y de los objetos proyectadas por la luz de un fuego. Los individuos así encadenados desde niños, toman estas sombras por auténticas realidades ya que desconocen cuál es la realidad verdadera, situada en el exterior de la caverna. El esclavo que se liberase de sus cadenas –los sentidos, las pasiones y el cuerpo, que es “una cárcel para el alma”– y consiguiese salir tras escalar una escarpada pendiente –que representa el proceso educativo–, por lo pronto no podría soportar la luz del sol. Tendría que acostumbrarse a mirar las sombras, después las cosas mismas ­–las Ideas– y sólo al final podría elevarse a la contemplación directa de la luz del exterior –la Idea del Bien –, de la que todo lo demás depende.

  La caverna representa el mundo sensible; las sombras proyectadas en el fondo, las imágenes de nuestra mente; y las figuras que proyectan su sombra sobre el fondo, los objetos del mundo sensible. Nuestro conocimiento de las cosas naturales o seres materiales es semejante al de los habitantes de la caverna, presos de la ignorancia.

  Si el esclavo que consiguió liberarse volviera al interior, sus ojos se hallarán ahora ofuscados por la oscuridad y no sabrá distinguir las sombras, comportándose torpemente; por eso se verá burlado y despreciado por sus compañeros, que, en su lamentable estado de ignorancia, confieren sus máximos honores a quienes saben ver las sombras más agudamente. Pero ese sabio liberado sabe que la verdadera realidad está fuera de la caverna y que el verdadero conocimiento no es el de las sombras y por eso siente compasión por aquellos que se contentan con tal conocimiento y lo tienen por verdadero.

 La educación consiste, pues, en llevar al ser humano de la visión de lo sensible a la contemplación del mundo de la verdad que ya posee, de algún modo, en el interior de su alma, y conducirle gradualmente hacia el punto más alto de ese mundo que es la Idea del Bien.

  El proceso educativo es gradual y se desarrolla en varias fases, según se expone en República: 1. Gimnasia y música –para aprender disciplina–, desde los 10 años (Platón le concede gran importancia al juego en la educación de los niños); 2. Ciencias abstractas –Aritmética y geometría– y astronomía, hasta los 20 años; 3. Dialéctica, sólo para los mejores, hasta los 35 años. 4. Desde los 35 hasta los 50 años: fase práctica en el ejercicio de cargos públicos. 5. Desde los 50 años, el proceso ha concluido y el filósofo pasa a estar a disposición de la polis para dirigir los destinos de sus compatriotas.

    Quien alcanza el grado supremo de conocimiento puede ser llamado filósofo y éste tiene la obligación moral de poner su sabiduría al servicio de los demás para sacarlos del estado de ignorancia en que se encuentran, aun a riesgo de que estos desprecien su sabiduría.

    Los estudios filosóficos tienen para Platón una finalidad política, es decir, que su objetivo final no es sólo que el filósofo conozca el Bien como causa suprema de todas las cosas, sino que utilice sus conocimientos para dirigir la sociedad de una manera justa y digna. El retorno del filósofo al interior de la caverna es, pues, necesario: se trata, para él, de una obligación moral.

     Platón insiste en numerosas ocasiones sobre lo doloroso y lento del proceso educativo, pues no es fácil modificar nuestras inclinaciones y apetencias. La educación, que no pretende tanto enseñar contenidos cuanto una nueva forma de vida, enseñar al esclavo a volver la cabeza de la oscuridad del fondo a la luz, un cambio que debe llevarse a cabo “con toda el alma”. Se trata de conseguir una “conversión íntegra”, un cambio de vida que afecta a todas las dimensiones de la persona.

3.Comparación del tema o del autor del texto con otra posición filosófica:

 Vamos a comparar la filosofía de Platón con la de su discípulo Aristóteles.

Ontología.

– Para Platón existen dos mundos (sensible y suprasensible) y el mundo inteligible es el más real. Para Aristóteles el único mundo que existe es el sensible, constituido por objetos singulares y concretos. (Aunque Aristóteles también admite la existencia de seres espirituales sin materia alguna, como el Primer Motor).

– La noción de Idea de Platón como esencia de las cosas coincide con el concepto de causa formal (o ‘forma’) de Aristóteles (sólo que para el primero la Idea es algo transcendente, separado del mundo, mientras que para Aristóteles la forma es inmanente: se encuentra en la materia).

– La división platónica entre región celeste (formada por astros, planetas, Ideas y almas) y terrestre (dominio de los cuatro elementos), es semejante a la que establece Aristóteles entre el mundo supralunar (constituido por astros y planetas, formados por éter o quintaesencia, dotados de movimientos circulares y eternos) y el mundo sublunar (constituido por cuerpos formados por los cuatro elementos, sometidos a las leyes de generación y de corrupción).

Antropología.

– Para Platón, el alma es inmortal y se encuentra determinada desde el nacimiento (es decir, si has nacido guerrero, eres guerrero, y lo has sido y lo serás por toda la eternidad). Para Aristóteles, el alma es mortal (muere con el cuerpo –salvo el entendimiento agente-) y depende del aprendizaje. En un principio todos los seres humanos tienen enormes posibilidades, pero sólo algunas potencialidades se actualizan. De ahí la importancia del desarrollo y el hincapié sobre el aprendizaje.

Epistemología.

– A consecuencia de la tesis pitagórica de la inmortalidad del alma, Platón defiende el racionalismo y el innatismo: las Ideas ya pre-existen en nuestra alma y, por consiguiente, conocer es recordar lo que ya se da en el alma. Aristóteles, por el contrario, es empirista: nuestro conocimiento depende de la sensación (es decir, de los datos que nos aportan los sentidos); antes de que tengamos percepción, nuestro entendimiento es como una hoja en blanco, como una tabula rasa.

Ética y Política.

– El intelectualismo moral socrático es una teoría ética según la cual quienes obran mal no lo hacen a sabiendas sino por ignorancia: se obra mal por error. Platón aplica el intelectualismo moral a la política pues sólo aquéllos que poseen alma racional (gobernantes) deben regir los destinos políticos de los demás: deben gobernar quienes saben, pues quienes no saben cometerán el mal por ignorancia. Aristóteles, por el contrario, enfrenta al intelectualismo moral socrático pues mantiene que todos los seres humanos estamos capacitados para obrar moralmente: todos los seres dotados de palabra tenemos un sentido natural (innato) sobre lo justo y lo injusto, sobre el bien y el mal. Basta, por un lado, con escoger siempre el término medio (virtud) y, por otro lado, seguir la costumbre (o hábito) a través de la memoria y del ejercicio constante. Luego quien no obra bien es porque simplemente no quiere.

– Según Platón existe único gobierno perfecto (una aristocracia intelectual regida por filósofos) y sistemas políticos degenerados como la democracia y la tiranía. Para Aristóteles hay tres gobiernos rectos pues su objetivo es el bien común (monarquía, aristocracia y democracia); por otro lado, hay tres gobiernos degenerados, cuyo objeto es el interés particular de los gobernantes (tiranía, oligarquía y demagogia). La tiranía constituye (lo mismo que en el caso de Platón) uno de los tipos de gobierno más degenerados por el hecho de que en él se manifiesta, más que en ninguna forma política, la voluntad del gobernante de velar por su interés particular (en lugar de hacerlo por el bien público). La opinión de Platón acerca de la democracia es más negativa que la de Aristóteles.

4.Valoración razonada de la actualidad (de la filosofía platónica)

Una de las cuestiones importantes tratadas en la obra de Platón, la República, es la relación que se establece entre la educación moral y la justicia en la vida pública. Platón está comprometido con su ideal de educación, como lo muestran sus continuos intentos de llevar a la práctica sus propuestas educativas y políticas en Siracusa. Critica lo que considera la crisis democrática de los antiguos valores aristocráticos atenienses. El convencionalismo de las leyes, y el relativismo (epistemológico y moral) de los Sofistas (formadores de la clase dirigente de Atenas) son, para Platón, las principales causas de la corrupción de la democracia ateniense.

En nuestra sociedad se ha avanzado mucho en lo que se refiere a la universalización de la educación. Pero, aunque la educación formal es obligatoria en nuestro país, el sistema no siempre consigue ayudar a las personas a desarrollarse de una forma completa y plena (más allá del aprendizaje de contenidos y procedimientos). Parece que hay cierto conflicto entre la formación para el desarrollo de una profesión y la educación para aprender a pensar de forma autónoma, y para convivir en el respeto y la responsabilidad. Las actuales circunstancias laborales y las trasformaciones de nuestra sociedad pueden ser la causa de que progresivamente se haya delegado la educación de los valores morales, casi exclusivamente en el Estado. Además, actualmente, los valores morales parecen tener menos prestigio que los valores de éxito profesional y económico, a diferencia de lo que sucedía en la Atenas de Platón.

Muy relacionada con esta cuestión está la denuncia de Platón sobre la corrupción política de su época. Evitar esta injusticia, causante, entre otros muchos desmanes, de la muerte de su maestro, Sócrates, es uno de los objetivos principales de Platón. En nuestra sociedad la corrupción se extiende por diversos ámbitos profesionales, pero resulta especialmente inmoral (como reconoce Platón en la República) la corrupción de la clase política. Ésta parece renunciar a su función de servicio público y atender sólo a su propio interés, en detrimento del bien público. Platón plantea la necesidad de que los políticos posean una formación moral que les haga preocuparse por el bien común con honestidad. Es por todo esto, que la reflexión filosófica de Platón sigue aportando ideas de la máxima actualidad.

Respecto a la religión, Platón también sigue presente, pues muchos conceptos del cristianismo han sido tomados de la filosofía platónica (la idea dualista –alma/cuerpo- del ser humano, la consideración negativa del cuerpo y de lo material en general, o el misticismo cristiano.)



TEXTO DE PLATÓN 2
(EXAMEN PAU SEPTIEMBRE DE 2014)

OPCIÓN A)

“Después de eso —proseguí— compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como esta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar solo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.”
Platón, República, Libro VII.

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1) Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto elegido (2 puntos: 1 punto el contexto histórico-cultural y 1 punto el contexto filosófico)

        2) Comentario de texto:

Apartado a) Definición de las dos expresiones subrayadas (1.5 puntos: 0.75 p. cada expresión)

Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto (1.5 puntos)

Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor (2 puntos)

       3) Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad (3 puntos: 2 puntos la relación y 1 punto la actualidad)

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1) Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto elegido (2 puntos: 1 punto el contexto histórico-cultural y 1 punto el contexto filosófico)

El texto que comentamos es un fragmento del Libro VII de la obra República del filósofo griego Platón. En esta obra expone su concepción acerca del conocimiento, así como su modelo de Estado ideal, gobernado por un rey–filósofo. Explica asimismo su concepción de la justicia.
Platón nació en Atenas el año 427 a.C. en el seno de una familia aristocrática, y murió en el 347 a. de C., con 80 años. Los acontecimientos histórico-culturales que influyen de manera más decisiva en su filosofía, son los siguientes:
Con veinte años conoció a Sócrates, del que fue discípulo, hasta que, ocho años después Sócrates fue condenado a muerte, circunstancia que influyó de manera decisiva en el pensamiento platónico.
En el siglo V a. de C., Pericles (discípulo de Anaxágoras y de Zenón) es el gobernante de Atenas más destacado. Él manda erigir el Partenón en agradecimiento a los dioses por la gran victoria griega ante los persas. La paz permitió un esplendor cultural en la ciudad, a través del teatro (con las tragedias de Sófocles y  las comedias de Aristófanes), la escultura y la arquitectura (con Fidias, principal responsable del diseño del Partenón y creador de la gran imagen de la diosa Atenea en el interior del mismo), y la filosofía.
Sin embargo, en la segunda parte de este siglo tiene lugar la Guerra del Peloponeso entre Esparta y Atenas. La guerra termina en el año 404 con la derrota de Atenas, que paga un alto precio por su derrota: la eliminación de la democracia y la imposición por parte de Esparta de un gobierno oligárquico (los Treinta Tiranos). En varias ocasiones Sócrates demuestra su honestidad y valentía, enfrentándose a las decisiones arbitrarias de este gobierno, aun a riesgo de su propia vida. Platón era pariente de Critias (sofista de quien Sócrates había sido maestro) y de Cármides, miembros del partido oligárquico y protagonistas destacados en el gobierno de los tiranos. Éstos llamaron a Platón para que participara en su régimen, pero él prefirió esperar y observar su comportamiento. Los crímenes y horrores cometidos por este gobierno le hicieron desistir de prestarles su colaboración. Un año después, en el 403, se restaurará la democracia; pero en el año 399, bajo el régimen democrático, Sócrates será juzgado y condenado a muerte.
Los estragos cometidos por los tiranos, sumados a la condena a muerte de su maestro bajo la democracia, provocaron en Platón una honda decepción con respecto a los diversos sistemas políticos que le llevó a dedicarse en exclusivo a la investigación filosófica. Llegó a la convicción de que la humanidad no se verá libre de males mientras que no se hagan cargo del poder los filósofos (esa será la propuesta contenida en su república utópica, denominada kallipolis). En dos ocasiones, Platón intentó poner en práctica sus ideas políticas, viajando para ello a Sicilia, pero fracasó en ambas, llegando a ser vendido como esclavo. Después compró unos jardines contiguos al santuario del héroe Academo, fundando allí su escuela de filosofía, que denominó Academia. Para Platón, <>. En su Academia se enseñaba filosofía, música, astronomía y matemáticas (en el frontispicio estaba escrito: “Nadie entre aquí que no sepa geometría”). La Academia platónica permanecerá en funcionamiento durante mil años, hasta el siglo VI.
Desde el punto de vista del contexto filosófico, Platón defendió las posiciones de Sócrates –objetivismo e intelectualismo morales– en su polémica con los sofistas, defensores del relativismo y el convencionalismo. El desarrollo posterior de su propia filosofía le llevará a formular la teoría de las Ideas, que, a pesar de su originalidad, se mantiene fiel a las enseñanzas socráticas.
Como su maestro, prefiere el diálogo a la oratoria pues sólo aquél es capaz de hacer que el discípulo encuentre la verdad en colaboración con otros discípulos y el maestro, sin que éste imponga nada. No obstante, Platón, a diferencia de Sócrates, sí escribió, y en su obras creó un nuevo género literario: el  diálogo, con Sócrates como personaje protagonista. Sólo el diálogo es fiel expresión de la investigación filosófica que, según Sócrates, consiste en un examen de uno mismo y de los demás a través de preguntas y respuestas. El pensamiento mismo no es más que un diálogo interior del alma consigo misma.
Platón, como su maestro, tiene la convicción de que la filosofía no debe consistir en un conjunto de doctrinas, sino en una investigación abierta que replantea constantemente los problemas con el objetivo de aproximarse cada vez más a la verdad.
Sus obras se clasifican en cuatro periodos: los diálogos socráticos o de juventud que escribió a partir de la muerte Sócrates, como la Apología de Sócrates; los diálogos de transición, donde plantea diversos problemas políticos (como el Gorgias donde critica la retórica sofista); los diálogos de madurez , donde aparece ya expuesta su teoría de las Ideas y que son los más conseguidos literariamente (como BanqueteFedónFedro y República). En los últimos diálogos que escribe, Platón, como buen socrático, somete a revisión sus propias doctrinas.

2) Comentario de texto:

Apartado a) Definición de las dos expresiones subrayadas (1.5 puntos: 0.75 p. cada expresión)

-Educación: En el texto que estamos comentando, el término “educación” hace referencia al conocimiento de la verdad. Quien  desee alcanzar la sabiduría filosófica debe abandonar el estado de opinión –doxa– para lograr el conocimiento científico –episteme– y esto sólo se consigue mediante un proceso de educación gradual. Éste consiste en llevar al ser humano de la visión de lo sensible a la contemplación del mundo de la verdad y conducirle hacia el punto más alto de ese  mundo que es la  Idea del Bien.
   El proceso educativo Se desarrolla en varias fases (gimnasia, música, matemáticas y astronomía) y concluye con la enseñanza de la filosofía para los mejores. El filósofo tiene la obligación moral de poner su sabiduría al servicio de los demás para sacarlos de la ignorancia, por lo que debe estar al servicio del Estado para ocupar cargos de responsabilidad.
-Morada subterránea: En el texto que comentamos, esta expresión hace referencia a la caverna en la que se encuentran los prisioneros y representa al mundo sensible o material donde permanecen encadenados quienes aún no han alcanzado la sabiduría. La caverna representa el mundo sensible, las figuras que proyectan su sombra sobre el fondo son los objetos sensibles. Nuestro conocimiento de las cosas naturales o seres materiales es semejante al de los habitantes de la caverna, que viven en la ignorancia. Esta caverna está abierta al exterior (el mundo de las Ideas), pero para alcanzar la salida hay que superar una escarpada cuesta que representa al proceso educativo.

Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto (1.5 puntos)

El tema o asunto fundamental del texto que estamos comentando es la representación del estado de ignorancia del ser humano a través de la Alegoría de la caverna.
En cuanto a la estructura profunda del texto, se distinguen dos partes bien diferenciadas:
-Una primera parte muy breve, que ocupa las dos primeras líneas. Aquí el autor indica la intención de la alegoría que va a exponer después.
-Una segunda parte que ocupa el resto del fragmento, donde el autor explica la alegoría de la caverna, con sus diferentes imágenes y símbolos.
En el texto quien habla es Sócrates, dirigiéndose a su discípulo Glaucón. En él podemos analizar las siguientes ideas principales:      
-Idea 1: En la primera línea del texto, podemos leer: “Compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta”. Platón expresa aquí, en estas primeras líneas del fragmento, que el objetivo de la alegoría que va a exponer a continuación es representar la condición o naturaleza de los seres humanos en función de nuestro estado de sabiduría o ignorancia (que denomina “falta de educación”).
-Idea 2: En las líneas 2-3, Sócrates le dice a su discípulo: “Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna”. Como ya se ha indicado en la definición de términos, esa morada subterránea o caverna es una representación del mundo material o sensible, lugar donde los seres humanos se encuentran encadenados hasta ser liberados si alcanzan el conocimiento de las Ideas.
-Idea 3: Leemos, después, en el texto, que dicha caverna “tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz”. No se trata, pues, de un mundo cerrado, del que nadie pueda escapar, sino abierto a otra realidad o dimensión aquí representada mediante la “luz” que brilla en el exterior. Esa luz representa la realidad verdadera, el mundo de las ideas presidido por la Idea de Bien, que es la Idea suprema.  
-Idea 4: En las líneas 3 y 4, leemos que, en dicha caverna, los seres humanos estamos “desde niños con las piernas y el cuello encadenados”. Platón representa aquí al ser humano en una situación de ignorancia absoluta. Se trata de un estado indigno, pues estamos privados de libertad desde nuestra infancia. Las cadenas nos impiden volver la cabeza, por lo que solo podemos mirar hacia delante, es decir, hacia el fondo de la caverna donde se proyectan una serie de sombras. Estas cadenas que nos sujetan simbolizan los sentidos, las pasiones y el cuerpo que, según Platón, es una cárcel para nuestra alma.   
-Idea 5: Dentro de la propia caverna, alejado de los prisioneros, se nos indica que hay “un fuego que brilla detrás de ellos” (línea 5 del texto). Este fuego que ilumina parcialmente el interior de la cueva, representa el Sol, el astro que ilumina el mundo sensible. El Sol preside el mundo sensible, dando vida e iluminando a todos los seres materiales. Por eso, Platón llama al Sol el "vástago del Bien".   
-Idea 6: Por último, en la segunda parte del texto, Platón explica que “entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto”, donde se ha construido un tabique por encima del cual otras personas muestran una serie de figuras, como hacen los titiriteros. En este mismo Libro VII de República, unas líneas después, Sócrates le dice a su discípulo Glaucón que los prisioneros no conocen otra realidad que las sombras proyectadas por esas figuras en el fondo de la caverna, pues no han visto jamás otra cosa que dichas sombras. Por tanto los prisioneros, además de estar encadenados, viven engañados por otros seres que les hacen creer en un mundo falso, de puras sombras.   

Asimismo, en este texto observamos como ideas implícitas diversos asuntos relacionados con la educación y la ignorancia. Por ejemplo, las dificultades inherentes al proceso educativo para sacar al ignorante de su situación, o la existencia de diferentes niveles de ignorancia y de responsabilidad moral en esa ignorancia, pues los prisioneros viven engañados por los portadores de “los muñecos” (los titiriteros), pero éstos también viven en el interior de la caverna, o sea, en un mundo falso, lejos de la realidad auténtica del mundo de las Ideas.

Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor (2 puntos)

Una vez establecido el contenido del texto comentado, vamos a exponer la concepción platónica de la filosofía y la educación, tal como queda recogida en su obra República.
La parte fundamental del diálogo República está dedicado a la determinación de la misión propia del filósofo. Filósofo es aquel que ama el conocimiento en su totalidad y llega a conocer las Ideas a través de la dialéctica.
Quien  desee alcanzar la sabiduría filosófica debe abandonar el estado de opinión –doxa: conjetura y creencia– para lograr el conocimiento científico –episteme: pensamiento discursivo e inteligencia filosófica, como aparece en el Pasaje de la línea del Libro VI—. El conocimiento se consigue mediante un proceso de educación gradual, que Platón representa simbólicamente en la Alegoría de la Caverna –libro VII de República–La metáfora del mundo como teatro que utiliza Platón en esta alegoría, con elementos como un guiñol de figuras que proyectan sombras sobre el fondo de la cueva ante la mirada de los prisioneros, será retomada por Calderón que le dará expresión dramática en El gran teatro del  mundo.
En el mundo sensible, se nos dice allí, los seres humanos somos como esclavos encadenados en una oscura cueva y obligados a mirar en el fondo de ésta las sombras de los seres y de los objetos proyectadas por la luz de un fuego. Los individuos así encadenados desde niños, toman estas sombras por auténticas realidades ya que desconocen cuál es la realidad verdadera, situada en el exterior de la caverna. El esclavo que se liberase de sus cadenas y consiguiese salir tras escalar una escarpada pendiente —que representa el proceso educativo—, al principio no podría soportar la luz del sol; tendría que acostumbrarse a mirar las sombras, después las cosas mismas ­—las Ideas— y sólo al final podría elevarse a la contemplación directa de la luz del exterior —la Idea del Bien—, de la que todo lo demás depende.
La caverna representa el mundo sensible; las sombras proyectadas en el fondo, las imágenes de nuestra mente; las figuras que proyectan su sombra sobre el fondo, los objetos del mundo sensible. Nuestro conocimiento de las cosas naturales o seres materiales es semejante al de los habitantes de la caverna, presos de la ignorancia.
Si el esclavo que consiguió liberarse volviera al interior, sus ojos se hallarán ahora ofuscados por la oscuridad y no sabrá distinguir las sombras, comportándose torpemente; por eso se verá burlado y despreciado por sus compañeros, que, en su lamentable estado de ignorancia, confieren sus máximos honores a quienes saben ver las sombras más agudamente. Pero ese sabio liberado sabe que la verdadera realidad está fuera de la caverna y que el verdadero conocimiento no es el de las sombras y por eso siente compasión por aquellos que se contentan con tal conocimiento y lo tienen por verdadero.
La educación consiste, pues, en llevar al ser humano de la visión de lo sensible a la contemplación del mundo de la verdad que ya posee, de algún modo, en el interior de su alma, y conducirle gradualmente hacia el punto más alto de ese mundo que es la Idea del Bien.
El proceso educativo es gradual y se desarrolla en varias fases, según se expone en República: 1. Gimnasia y música –para aprender disciplina–, desde los 10 años (Platón le concede gran importancia al juego en la educación de los niños); 2. Ciencias abstractas –Aritmética y geometría– y astronomía, hasta los 20 años; 3. Dialéctica, sólo para los mejores, hasta los 35 años. 4. Desde los 35 hasta los 50 años: fase práctica en el ejercicio de cargos públicos. 5. Desde los 50 años: filósofo  a disposición de la polis.
Quien alcanza el grado supremo de conocimiento puede ser llamado filósofo y éste tiene la obligación moral de poner su sabiduría al servicio de los demás para sacarlos del estado de ignorancia en que se encuentran, aun a riesgo de que estos desprecien su sabiduría.
Los estudios filosóficos tienen para Platón una finalidad política, es decir, que su objetivo final no es sólo que el filósofo conozca el Bien como causa suprema de todas las cosas, sino que utilice sus conocimientos para dirigir la sociedad de una manera justa y digna. El retorno del filósofo al interior de la caverna es, pues, necesario: se trata, para él, de una obligación moral.
Platón insiste en numerosas ocasiones sobre lo doloroso y lento del proceso educativo, pues no es fácil modificar nuestras inclinaciones y apetencias. La educación, que no pretende tanto enseñar contenidos cuanto una nueva forma de vida, enseñar al esclavo a volver la cabeza de la oscuridad del fondo a la luz, un cambio que debe llevarse a cabo “con toda el alma”. Se trata de conseguir una “conversión íntegra”, un cambio de vida que afecta a todas las dimensiones de la persona.

3) Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad (3 puntos: 2 puntos la relación y 1 punto la actualidad)
Vamos a establecer una comparación entre la filosofía de Platón y la de Descartes, buscando semejanzas y diferencias entre ambas.

1.       Semejanzas

Aunque entre Platón y Descartes hay más de dos mil años de diferencia, van a coincidir en muchas ideas si se comparan sus filosofías respectivas.

En el conocimiento

  • Ambos filósofos comparten una especial predilección por las matemáticas. En la teoría del conocimiento de Platón, las matemáticas están consideradas como el mecanismo para alcanzar un grado de conocimiento elevado (noesis); y, en la teoría del conocimiento de Descartes, todo el método de investigación los basa en las matemáticas ya que son aquellas ciencias que nunca “dan un paso atrás”.
  • Los dos autores son contrarios a la experiencia como forma de encontrar el conocimiento, es decir, ambos defienden que es mediante la razón, ya que piensan que los datos obtenidos por los sentidos son engañosos, al contario de lo que pensaban Aristóteles en la Antigüedad, y los empiristas Locke y Hume en la Modernidad.
  • Como consecuencia de lo anterior, en los dos pensadores existen ideas innatas, estas ideas son evidentes (claras y distintas), y se encuentran en nuestra mente por lo que su origen no está en la experiencia. Esto se ve en Platón en la teoría de la reminiscencia, que defiende que el alma es inmortal y solo debe recordar.
  • También los dos coinciden en señalar la importancia del método de cara a asentar las bases de un conocimiento verdadero. Tanto la dialéctica platónica como el método cartesiano tiene aspectos en común: los dos se componen de un doble movimiento que va de lo simple a lo complejo y de lo complejo a lo simple. En el caso de Platón, de la multiplicidad de Ideas a la Idea de Bien y viceversa; y en Descartes de las ideas complejas a las simples, y viceversa. Por lo que, en los dos pensadores el método es deductivo prescindiendo completamente la experiencia.  
  • Ambos filósofos consideran que su pensamiento tiene un propósito reformador: Platón busca crear una República en la que el filósofo tiene que ser educado en la verdad. Y Descartes persigue reconstruir el saber de su época.

En la metafísica

Ambos filósofos van a llevar a cabo una teoría: en el caso de Platón, será la Teoría de las Ideas; y en el caso Descartes, la Teoría de la Sustancia.

  • En primer lugar, tanto Platón como Descartes coinciden en su oposición a aquellas  escuelas filosóficas que niegan la existencia o la incognoscibilidad de la verdad. El filósofo griego se enfrenta al relativismo de los sofistas los cuales consideran que no existen verdades absolutas solo relativas. En la misma línea, Descartes intenta luchar el escepticismo de autores como Montaigne que sostiene que el ser humano es incapaz de conocer la verdad.
  • Platón en su teoría de la Ideas defendía un dualismo metafísico, es decir, un mundo material y un mundo inteligible. Al primero le otorga una menor importancia ya que para él es pura apariencia. En el caso de Descartes, se aprecia algo parecido en su teoría de la Sustancia cuando afirma que hay tres sustancias y a una de ellas, la res extensa -que corresponde con el mundo material- le concede menos valor: solo se considera verdadera cuando nos limitemos a los aspectos matematizables.
  •  En ambas teorías se puede observar una jerarquización; en Paltón la idea Suprema es la del Bien y después las demás ideas; y, en Descartes, de entre las tres sustancias la más importante es la res infinita después la res cogitans y por último la res extensa.

En la antropología

·         La principal semejanza que se puede establecer entre estos pensadores en la antropología es que ambos defendieron una concepción dualista del ser humano: este se forma de alma y cuerpo. Para Platón, el alma está cautiva en el cuerpo; y, para Descartes, el alma y el cuerpo son sustancias independientes.

·         Para ambos el alma posee un carácter racional; y, gracias a él, esta es capaz de dominar las pasiones y los deseos.

2.       Diferencias

En el conocimiento

·         En relación con la teoría del conocimiento en Platón, este filósofo plantea una clasificación de los grados del conocimiento. Su método para desarrollar el conocimiento filosófico es la dialéctica; mientras que, para Descartes, se trata de un método universal útil para cualquier investigación racional.

·         Aunque Platón y Descartes coincidía en despreciar los datos empíricos y llegar al conocimiento mediante la razón, para Platón el conocimiento es recuerdo, que está enlazado con su versión del innatismo de las ideas (teoría de la reminiscencia), mientras que para Descartes conocer es construir ideas complejas a partir de las ideas evidentes.

·         La dialéctica platónica consta de dos momentos o fases: la síntesis y el análisis; el primero consiste en reducirlo todo a una idea. El segundo en descomponer dicha idea. Pero en el método de Descartes hay cuatro reglas: la evidencia (solo ideas evidentes), el análisis (descomponer los problemas), la síntesis (ir de los conceptos más simples a los más complejos) y la comprobación (revisar varias veces el razonamiento).

En la metafísica

  • Ambos filósofos se pueden considerar idealistas, pero cada uno tenía un concepto muy diferente de idea. Para Platón las ideas están en una “realidad separada”, un mundo alejado del material donde nos encontramos. Sin embargo, para Descartes, son, fundamentalmente, contenido mental, es decir, están en el pensamiento. Por lo que podemos decir que Descartes tienen una concepción más abstracta o menos realista del concepto de idea que Platón.
  • Ambos escogieron el camino de la razón para llegar a la verdad, cada uno tenía un método diferente; pero, a diferencia de Platón, Descartes utilizó otra herramienta, la duda metódica, con la que sometía a revisión todos los conocimientos para ver cuál seguía en pie.
  • Otra diferencia que se puede establecer es que la filosofía de Descartes pasó a depender enormemente de Dios o de la res infinita como garantía de verdad, algo que no encontramos en la filosofía platónica.

En la antropología

·         La principal diferencia que se puede establecer entre estos pensadores en la antropología es que ambos defendieron una concepción dualista del ser humano (alma-cuerpo). Para Descartes, el alma era una; en cambio, Platón defiende una concepción tripartita del alma la cual se divide en dos partes mortales (irascible y concupiscible) y una parte inmortal (racional).

·         Platón culpa a la parte concupiscible del alma de ser responsable de las pasiones e instintos que son negativos para nosotros. Sin embargo, Descartes culpa de nuestras faltas a la desproporción que existe entre la voluntad humana (que no tiene límites) y nuestro conocimiento (que sí es limitado).


Valoración de la actualidad de la filosofía platónica: 

Una de las cuestiones importantes tratadas en la obra de Platón, la República, es la relación que se establece entre la educación moral y la justicia en la vida pública. Platón está comprometido con su ideal de educación, como lo muestran sus continuos intentos de llevar a la práctica sus propuestas educativas y políticas en Siracusa. Critica lo que considera la crisis demócrata de los antiguos valores aristocráticos atenienses. El convencionalismo de las leyes, y el relativismo (epistemológico y moral) de los Sofistas (formadores de la clase dirigente de Atenas) son, para Platón, las principales causas de la corrupción de la democracia ateniense.
En nuestra sociedad se ha avanzado mucho en lo que se refiere a la universalización de la educación. Pero, aunque la educación formal es obligatoria en nuestro país, el sistema no siempre consigue ayudar a las personas a desarrollarse de una forma completa y plena (más allá del aprendizaje de contenidos y procedimientos). Parece que hay cierto conflicto entre la formación para el desarrollo de una profesión y la educación para aprender a pensar de forma autónoma, y para convivir en el respeto y la responsabilidad. Las actuales circunstancias laborales y las trasformaciones de nuestra sociedad pueden ser la causa de que progresivamente se haya delegado la educación de los valores morales, casi exclusivamente en el Estado. Además, actualmente, los valores morales parecen tener menos prestigio que los valores de éxito profesional y económico, a diferencia de lo que sucedía en la Atenas de Platón.
Muy relacionada con esta cuestión está la denuncia de Platón sobre la corrupción política de su época. Evitar esta injusticia, causante, entre otros muchos desmanes, de la muerte de su maestro, Sócrates, es uno de los objetivos principales de Platón. En nuestra sociedad la corrupción se extiende por diversos ámbitos profesionales, pero resulta especialmente inmoral (como reconoce Platón en la República) la corrupción de la clase política. Ésta parece renunciar a su función de servicio público y atender sólo a su propio interés, en detrimento del bien público. Platón plantea la necesidad de que los políticos posean una formación moral que les haga preocuparse por el bien común con honestidad. Es por todo esto, que la reflexión filosófica de Platón sigue aportando ideas de la máxima actualidad.

Respecto a la religión, Platón también sigue presente, pues muchos conceptos del cristianismo han sido tomados de la filosofía platónica (la idea dualista –alma/cuerpo- del ser humano, la consideración negativa del cuerpo y de lo material en general, o el misticismo cristiano.)





TEXTO DE DESCARTES
(Examen PAU JUNIO DE 2014)



 Opción A:
“Posteriormente, examinando con atención lo que yo era, y viendo que podía fingir que carecía de cuerpo, así como que no había mundo o lugar alguno en el que me encontrase, pero que, por ello, no podía fingir que yo no era, sino que, por el contrario, solo a partir de que pensaba dudar acerca de la verdad de otras cosas se seguía muy evidente y ciertamente que yo era, mientras que, con solo que hubiese cesado de pensar, aunque el resto de lo que había imaginado hubiese sido verdadero, no tenía razón alguna para creer que yo hubiese sido, llegué a conocer a partir de todo ello que era una sustancia cuya esencia o naturaleza no reside sino en pensar y que tal sustancia, para existir, no tiene necesidad de lugar alguno ni depende de cosa alguna material.”
Descartes, R.: Discurso del método, cuarta parte.
Opción B:
“Pereza y cobardía son las causas merced a las cuales tantos hombres continúan siendo con gusto menores de edad durante toda su vida, pese a que la Naturaleza los haya liberado hace ya tiempo de una conducción ajena (haciéndolos físicamente adultos); y por eso les ha resultado tan fácil a otros erigirse en tutores suyos. Es tan cómodo ser menor de edad. Basta con tener un libro que supla mi entendimiento, alguien que vele por mi alma y haga las veces de mi conciencia moral, a un médico que me prescriba la dieta, etc., para que yo no tenga que tomarme tales molestias. No me hace falta pensar, siempre que pueda pagar; otros asumirán por mí tan engorrosa tarea.”
Kant, I.: Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?


OPCIÓN A)



1) Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto elegido (2 puntos: 1 punto el contexto histórico-cultural y 1 punto el contexto filosófico).

El texto que comentamos pertenece a la obra Discurso del método del filósofo francés R. Descartes. Esta obra apareció publicada el año 1637 como prólogo a tres tratados científicos, y en ella propone un método único para todas las ciencias.
Los acontecimientos histórico-culturales que influyen de manera más decisiva en su filosofía, son los siguientes:
Descartes nace en La Haye de Turena (cercana a Poitiers, Francia) (1596), y muere en Estocolmo (Suecia) (1650). Estudia en el colegio jesuita de La Flèche (en el departamento francés de Sarthe, atravesado por el río Loira). Decepcionado por la cultura escolástica, decide viajar para “leer en el gran libro del mundo”. Estudia matemáticas y física: Descartes quiere hallar el fundamento del saber humano. En 1619 (el año de la “inspiración”) alcanza la idea central de su Método: Cogito, ergo sum (Pienso, luego existo).
Durante este siglo XVII impera en Europa el absolutismo monárquico (salvo en Reino Unido), produciéndose conflictos bélicos entre Francia y España por la hegemonía europea, así como la rebelión en los Países Bajos contra España: es la Guerra de los Treinta Años en la que participa Descartes, alistándose en 1618 en los ejércitos protestantes del príncipe de Nassau. Esta guerra concluyó con la Paz de Westfalia ─1648─, por la que España perdió su hegemonía en Europa. La Iglesia católica juega un importante papel en estos conflictos. La Contrarreforma católica frente a la Reforma Luterana alcanza su máxima fuerza, y la Inquisición sigue jugando un papel destacado.
El XVII es el Siglo del Barroco, movimiento que representa un gran esplendor cultural en Europa. Es la época de grandes maestros de la pintura como Velázquez, Alonso Cano o Rembrandt, o de la música, como J. S. Bach. Es también el Siglo de Oro de la Literatura (Shakespeare, Cervantes o Calderón, con su obra La vida es sueño -1635- que influye en la obra de Descartes).

Desde el punto de vista del contexto filosófico, hay que tener en cuenta que Descartes es el primer filósofo racionalista y el iniciador de la filosofía moderna.
Durante este siglo se impone una nueva ciencia con una concepción mecanicista del universo, que queda reducido a la materia y a las fuerzas que actúan sobre ella. La cosmovisión clásica aristotélica-ptolemaica dualista, esencialista y teleológica entra definitivamente en crisis.
En el Discurso del Método, Descartes se muestra convencido de que el bien mejor repartido del mundo es la ‘razón’, de la que todo individuo dispone. Bien aplicada, la razón puede permitir, incluso al ignorante, descubrir cualquier verdad por sí mismo: de ahí la necesidad de un método que indique el correcto uso de la razón. Con su método pretende unificar todas las ciencias y superar el escepticismo, representado por el filósofo renacentista Montaigne.
Con la filosofía cartesiana se produce un impulso del “yo” (individualismo y solipsismo), así como una separación del “sujeto” (o individuo que conoce la realidad) con respecto al “objeto” (o realidad conocida por el sujeto). El sujeto (“yo”) aparece como garantía de la verdad a partir de su propio sentido común o razón.
El objetivo de la filosofía es la razón sistemática, frente a la dispersión de la filosofía en el Renacimiento en diversas escuelas enfrentadas. Se trata de unificar la filosofía tanto en lo referente a la metafísica —conseguir un único sistema— como a la ciencia —conseguir un solo método científico y la unificación de todas las ciencias—. Una razón, un método, una ciencia, frente a la concepción escolástica y aristotélica, donde cada ciencia tenía su propio método y objetos de estudio diferentes —metafísica, ética, ciencias naturales, matemáticas—.
Todos estos asuntos los abordará Descartes en distintas partes de su obra. 
En sus libros, observamos las principales características de la filosofía moderna:
- Autonomía de la Filosofía y de la Ciencia frente a la Teología (secularización del conocimiento).
- Defensa de la razón como origen de toda verdad.
- El método deductivo matemático como modelo científico.

Descartes publicó sus obras tanto en latín (son las que están dirigidas a los “doctos”, pues era el idioma de la escolástica), como en francés (dirigidas al gran público). Además del ya citado Discurso del Método, otra de sus obras esenciales es la titulada Reglas para la dirección del espíritu (1628). En 1633 termina en Holanda su Tratado del Mundo y, cuando se disponía a publicarlo, tuvo noticias de la condena de Galileo. Puesto que en el tratado aceptaba el heliocentrismo de Copérnico, renunció a publicarlo para evitar un conflicto abierto con la Inquisición.        

2) Comentario de texto:

Apartado a) Definición de las dos expresiones subrayadas (1.5 puntos: 0.75 p. cada expresión)

-Evidencia: Es el criterio de verdad empleado por Descartes. La evidencia es contrapuesta por él a la conjetura, que es aquello cuya verdad no aparece a la mente de modo inmediato. Una idea evidente es una idea clara y distinta, cuya verdad capta o conoce nuestra mente de una manera inmediata, por intuición. Las dos características de las ideas evidentes son la claridad (se perciben de manera luminosa, sin sombra de duda) y la distinción (no se confunden con ninguna otra). En el texto comentado, el término “evidencia” se refiere a la primera verdad, es decir, al “cogito, ergo sum”.

-Sustancia: Según Descartes, es aquello que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. De acuerdo con esta definición, solo Dios sería verdaderamente sustancia, pero Descartes propone la existencia de tres: la sustancia infinita, omnisciente y creadora (Dios), y dos sustancias finitas: la sustancia pensante ─res cogitans─ (el alma, la mente, el espíritu del ser humano), y la sustancia extensa ─res extensa─ (nuestro cuerpo y los seres materiales en general). Las sustancias finitas poseen un atributo (o esencia) y varios modos (o características accidentales). En este texto, Descartes se refiere a la sustancia pensante o res cogitans.

Apartado b) Identificación y explicación del contenido del texto (1.5 puntos)

El tema o asunto fundamental del texto que estamos comentando es la naturaleza pensante del YO (o ALMA).
En cuanto a la estructura del texto, se distinguen dos partes bien diferenciadas:
-Una primera parte que ocupa las seis primeras líneas, hasta “…para creer que yo hubiese sido”, donde el autor expone una serie de argumentos en torno a la existencia y características de su propio ser (Yo o Alma);
-Una segunda parte que ocupa las últimas tres líneas, donde el autor expresa las conclusiones que pueden extraerse a partir de los argumentos recogidos en la primera parte: que mi alma es una sustancia pensante, y que ésta es independiente del cuerpo.
En el texto, podemos analizar las siguientes ideas principales:   
-Idea 1: En la línea primera leemos: “Podía fingir que carecía de cuerpo así como que no había mundo o lugar alguno”. Aquí Descartes establece la independencia que existe entre el alma y el cuerpo, o, en general, entre el alma y cualquier otro ser material. Queda patente aquí su dualismo metafísico ("res cogitans-res extensa").
-Idea 2: En la siguiente línea del texto, escribe Descartes: “No podía fingir que yo no era”, puesto que el propio hecho de pensar, lleva implícito la existencia del ser pensante. Se pone aquí de manifiesto la evidencia de la primera idea (clara y distinta): "Cogito, ergo sum". 
-Idea 3: En la línea tres, leemos: “Sólo a partir de que pensaba dudar acerca de la verdad de otras cosas, se seguía muy evidente y ciertamente que yo era”. Descartes hace aquí referencia a la duda metódica, que ha quedado expuesta en los fragmentos precedentes a este texto que estamos comentando. Frente a la duda, la existencia del alma como ser pensante se alcanza como una verdad clara y distinta (es decir, evidente) a partir del propio hecho de pensar o de dudar. La evidencia es la primera regla del método cartesiano. 
-Idea 4: “Con sólo dejar de pensar (…), no tenía razón alguna para creer que yo hubiese sido” (líneas 4-5 del texto). Con esta afirmación, Descartes establece el pensamiento como la característica esencial (es decir, como el atributo) del alma o res cogitans.
-Idea 5: Por último, en la segunda parte o conclusión del texto, Descartes afirma la existencia de la sustancia pensante (res cogitans), cuya “esencia o naturaleza reside en pensar” (atributo de la res cogitans); así como también se establece la independencia de esta sustancia respecto a la sustancia material o res extensa (es decir, el cuerpo y los demás seres materiales del mundo). Tal independencia del alma, es lo que garantiza la libertad humana, pues la res extensa está sometida al determinismo de las leyes naturales (mecanicismo).

Asimismo, en este texto observamos como tema implícito el problema de la comunicación de las sustancias, que surge por la radical independencia que Descartes propone entre las dos sustancias finitas: el pensamiento (alma) y la materia (cuerpo).

Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor (2 puntos)

 Una vez establecido el contenido del texto comentado, vamos a exponer la teoría cartesiana de la sustancia, que se incluye dentro de su metafísica. Pero, antes, debemos hablar de la duda metódica y de la primera verdad: “Cogito, ergo sum”.
Para responder a la cuestión “¿Cómo alcanzar una primera verdad evidente?”, lo primero que hace Descartes es someter a crítica todas las ideas que se han venido considerando como supuestas verdades. Él llega a la conclusión de que todas ellas se derrumban fácilmente, como un castillo de naipes, cuando se someten a un análisis detallado. A esto lo llama Descartes la duda metódica, que consiste en someter a revisión (duda) todos los conocimientos para ver si alguno de ellos queda en pie. La duda consiste en suspender provisionalmente todo aquello sobre lo que no hay certeza absoluta. A diferencia de los escépticos, Descartes duda para llegar a la verdad y edificar una ciencia cierta. Podemos decir que su duda es sólo una “herramienta de trabajo”.
Descartes apoya su duda metódica en los siguientes argumentos:
1.              En primer lugar, es posible dudar de la información que nos ofrecen los sentidos.  Puesto que los sentidos nos engañan algunas veces (espejismos, efectos ópticos, etc.), no pueden ser considerados como fuente de conocimiento fiable o cierto.
2.              Cabe también dudar de nuestros razonamientos, pues a veces nos equivocamos incluso en razonamientos muy sencillos.
3.              También podemos dudar de la propia realidad del mundo: ¿cómo distinguir la realidad de las ilusiones del sueño? ¿No es cierto que, a veces, las experiencias vividas en un sueño nos parecen tan reales como las que vivimos estando despiertos? ¿Y si todo no fuera más que un sueño? (Es evidente que aquí toma Descartes un asunto que ya había sido introducido en el Barroco por Calderón de la Barca)
4.              Sin embargo, algo parece permanecer incólume a la duda: las verdades matemáticas. Para mostrar que incluso ellas pueden ser dudosas, Descartes introduce como mera hipótesis, la teoría del genio maligno: es posible suponer que el ser humano ha sido creado por un genio maligno que se ha propuesto engañarnos, procurándonos conocimientos aparentemente ciertos pero faltos de verdad (recuérdese el texto de H. Putnam, “El caso de los cerebros en la cubeta”, que leímos en curso pasado).
Con estos cuatro argumentos, la duda parece extenderse a todo y se convierte en universal: nada parece poder escapar a la fuerza del escepticismo. Sin embargo, en medio de la duda, Descartes encuentra una primera certeza: si dudo es porque pienso y para pensar debo ser algo ("Cogito, ergo sum"; "Pienso, luego soy"). No puedo decir que existo como cuerpo, ya que no sé nada de la existencia de los cuerpos, sobre los cuales mi duda continúa. La proposición “Cogito, ergo sum” significa solamente que soy una cosa que piensa, es decir, espíritu, pensamiento, razón. Se refleja aquí el subjetivismo que triunfa en el siglo XVII: el ser humano es un ser vuelto sobre sí mismo, que no conoce directamente sino su propio pensamiento (lo que hemos llamado “subjetivismo” y “solipsismo” en la pregunta sobre el contexto).
“Pienso, luego soy” no es una deducción (a pesar del “luego” de la fórmula), sino una intuición, es decir, una evidencia inmediata, una idea clara y distinta.
La existencia del “yo” como “sujeto pensante” es la primera evidencia (primer axioma) a partir de la cual edificar un sistema filosófico completo ─recuerda las “raíces” del árbol del conocimiento─. Pero también hacen falta conceptos elementales que deben ser definidos (siguiendo el modelo del método matemático de Euclides). En el “pienso, luego soy” se intuye que el “yo” existe como una substancia "cuya total esencia o naturaleza es pensa". El concepto de “sustancia” es otro de los elementos sobre los que fundar la nueva filosofía, y Descartes lo define como “aquello que existe de manera independiente”, es decir, que no necesita de nada más que ella misma para existir.
Una vez establecida la primera verdad, pasamos a exponer la teoría cartesiana de la sustancia. Además del concepto de sustancia, Descartes introduce dos nuevos conceptos básicos: el de atributo (que es aquella propiedad o característica que expresa la esencia de la sustancia) y el de modo (que son las propiedades o características accidentales de la sustancia). En el caso del “cogito” (que denomina res cogitans —la cosa que piensa, su atributo es el pensamiento y sus modos el desear, el temer, el soñar, etc. Junto a esta primera sustancia, Descartes afirma la existencia de otras dos:

1. La sustancia o res infinita (“Dios”). La existencia de lo que denomina la “sustancia infinita” la pretende demostrar Descartes con el siguiente razonamiento (basado en la filosofía escolástica): El que yo pueda dudar demuestra que soy libre, pero también demuestra que soy imperfecto, dado que <<hay mayor perfección en conocer que en dudar>>. Descartes descubre entonces en su conciencia una idea singular: la idea de perfección, y se pregunta de dónde procede tal idea. No puede haber sido construida por mí (idea facticia), ni tampoco proceder del exterior (idea adventicia), dado que ni yo ni las cosas del mundo somos perfectos, y la idea de perfección no puede proceder de seres imperfectos. Tiene que ser, pues, una idea innata, puesta en mí por un ser que realmente sea perfecto, que es lo que llamamos Dios. Dios, por tanto, existe. Descartes utiliza otros argumentos escolásticos para probar la existencia de Dios: A) A partir de la idea de Infinito que descubro en mi mente: si yo soy un ser finito e imperfecto, no puedo ser la causa de mi propio ser, porque me habría dado todas las perfecciones que le atribuyo a Dios. Además, no puedo ser un ser finito e imperfecto y tener la idea de infinito y perfecto si no existiera un ser que lo sea y las ha puesto en mí. B) Argumento ontológico de San Anselmo: la idea de perfección implica o exige su existencia.

Pero Descartes no se queda ahí, sino que, además, sostiene que Dios ha de ser bueno, puesto que la maldad implica imperfección. Dios acaba convirtiéndose en la clave de bóveda de todo el sistema cartesiano, hasta el extremo de que la propia evidencia encuentra su última garantía en Dios: si las ideas claras y distintas son siempre verdaderas, afirmará Descartes, es porque Dios es bueno y por tanto no puede engañarnos.

En Dios no pueden distinguirse atributos y modos, pues en él todas sus cualidades expresan su esencia por igual.

2. La sustancia o res extensa (los cuerpos o seres materiales). Representa el mundo exterior en el que existimos. Basándose en la veracidad y bondad de Dios (que es quien nos ha dado los sentidos), Descartes sostiene que podemos aceptar la existencia de la realidad material siempre y cuando nos limitemos a los aspectos matematizables de la misma, es decir, la extensión, la figura y el movimiento. Dios es, una vez más, garantía de toda verdad. Los cuerpos no son sino extensión: la extensión es su único atributo o esencia. Los modos propios de los cuerpos son dos: figura y movimiento (denominadas ‘cualidades primarias de los cuerpos’). Las ‘cualidades secundarias’ (color, olor, sonido, etc.) deben ser despreciadas porque poseen un carácter meramente subjetivo y, por tanto, dudoso. De este modo, Descartes geometriza o matematiza el mundo corpóreo o material.

Descartes formula su física mecanicista: el único principio que explica los fenómenos naturales es el movimiento. Dios crea la materia inerte y le comunica un movimiento constante. La materia se divide en innumerables átomos que chocan entre sí y dan lugar a los diferentes cuerpos.

Hay, por tanto, una sustancia infinita (Dios), absolutamente autosuficiente, y dos sustancias finitas (el alma y los cuerpos), que existen con independencia una de otra, pero que requieren de la existencia de Dios.

3) Relación del tema o el autor elegidos con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad (3 puntos: 2 puntos la relación y 1 punto la actualidad)

Relación con otro autor (ORTEGA Y GASSET):
El Raciovitalismo de Ortega es el intento de superar la crisis de la modernidad, una modernidad que con Descartes se inicia en la corriente racionalista y en el idealismo epistemológico. Ortega había alabado la función de Descartes en la historia del pensamiento occidental, al romper la ingenuidad del idealismo, y consideró la duda metódica como un proceso interesante para fundamentar el conocimiento, pues ponía de relieve un elemento olvidado en la filosofía anterior: la subjetividad (el papel del sujeto). Lo problemático en Descartes fue dar al pensamiento un grado de radicalidad del que carece, pues antes que pensar, dice Ortega, hay que vivir. La vida es un nivel más profundo y radical que el pensamiento, y por eso la razón ha de estar enraizada en la vida, ha de ser vital.
Ambos pensadores tienen muy presente la razón, pero para el pensador español la razón está al servicio de la Vida. En cambio para el francés la razón está desligada de la realidad, el mundo no es más que nuestra representación mental. El racionalismo cartesiano trata de reducir la racionalidad a la racionalidad matemática, y eso impide entender la vida humana. La razón no puede ser una razón pura (ahistórica) como la cartesiana, sino que tiene que ser una razón vital. Si entendemos al sujeto sólo como el cogito cartesiano, dejando de lado toda la biografía, la historia personal, el cuerpo, la época con sus creencias, ideas, valores, usos, costumbres, es decir la circunstancia, perdemos el yo. De ahí la importancia de la frase orteguiana como superación del idealismo: “yo soy yo y mi circunstancia”.
Podemos establecer una comparación entre ambas filosofías desde varios puntos de vista.
Desde el punto de vista epistemológico (conocimiento):
Para Descartes es verdadero lo que la razón distingue como claro y distinto, excluyendo el lugar y momento histórico al que pertenezca. Una razón separada y sin ningún contacto con el cuerpo: la sustancia pensante, que cuando se deja llevar por los sentidos entra en contacto con lo sensible y pierde la capacidad de alcanzar la verdad. Para él, ni la vida concreta ni su momento histórico influyen en su capacidad de conocer lo que se ha definido como real.
Para Ortega, sucede lo contrario, el conocimiento siempre es alcanzado desde una perspectiva, desde un punto de vista. La circunstancia del sujeto determina la parte de verdad a la que tiene acceso. Por tanto, ningún sujeto ni ninguna época histórica podrá alcanzar jamás el conocimiento absoluto y definitivo: alcanzarán solo una parte de la verdad. Desde su vida, el sujeto alcanza realidades objetivas, lo que no implica que sean ultravitales y extrahistóricas porque solo son accesibles desde una vida y una historia. Por eso, la verdad no es consecuencia de una sustancia pensante o alma racional, sino de una razón encarnada en la vida, de una razón vital.
Desde el punto de vista ontológico (realidad):
Para Descartes, la única existencia real es lo percibido con certeza por la razón. Por tanto, lo real es lo racional matematizable. Esta realidad cierta es idéntica e igual para todos los sujetos racionales que apliquen correctamente el método. Además, defiende un dualismo ontológico, separando la sustancia pensante (razón) de la sustancia extensa (cuerpo).
Para Ortega, la realidad no es objetiva ni relativa, sino perspectiva. La realidad se muestra desde tantos puntos de vista como sujetos. Por tanto, la realidad completa nunca será conocida. Solo el sujeto que aglutinara las infinitas perspectivas podría conocer toda la realidad (Dios), aunque esta hipótesis sea contradictoria y utópica, pues todo sujeto conoce desde su punto de vista, el proporcionado por su circunstancia. Cada sujeto y época solo tiene acceso a una parte de verdad, que forma parte de la verdad absoluta.
Desde el punto de vista antropológico:
Descartes propone un dualismo antropológico racionalista: lo único indubitable es la existencia del “yo pienso”, una sustancia que se define y justifica su existencia como pensamiento. Lo corporal es un añadido secundario y accidental. Por ello para D., los seres humanos de todas las épocas y lugares son los mismos. Las diferencias culturales e históricas que Descartes reconoce entre ellos no tocan a la esencia humana, que es el pensamiento (no la vida).
Para Ortega, lo que define al ser humano es su vivir. La vida no es una sustancia, no tiene naturaleza, tiene historia. El ser humano es un ser que se está haciendo continuamente a sí mismo, decidiendo desde el marco de libertad que le ofrece su circunstancia. El ser humano no puede prescindir de la cultura, es decir, de querer conocer la verdad (ciencia), de actuar bien (moral) y de contemplar lo bello (arte). Sin verdad no hay ser humano, pero esa verdad solo es accesible y útil desde y para un ser humano concreto, dotado de una razón vital, determinada por una circunstancia concreta.

Valoración razonada de la actualidad:

La influencia de Descartes en la filosofía y en la ciencia es muy relevante hasta hoy en día. Algunos de los aspectos más debatidos de su filosofía son:
El dualismo antropológico cartesiano, que, como todos los dualismos, tiene la dificultad de plantear la relación entre dos sustancias de naturaleza distinta.
La defensa de un método puramente teórico sin necesidad de recurrir a la experiencia, no resultó tampoco el método que hizo avanzar realmente la ciencia, y sí lo hizo el método de Galileo (método experimental).
La filosofía cartesiana ha contribuido a la aparición de nuevos planteamientos filosóficos y científicos:
Con Descartes empieza la filosofía moderna, una filosofía emancipada de la autoridad, eclesiástica o de cualquier otra índole, que reclama la autoridad única de la razón. Toda la filosofía de la Ilustración no será más que una defensa de esta autonomía de la razón en todos los ámbitos de la vida humana.
La necesidad de un método que permita delimitar claramente qué es ciencia y qué no lo es, un método que pueda ser aplicado de forma sistemática a todos los ámbitos del conocimiento, es una conquista del pensamiento moderno que ha llegado hasta nuestros días. Si hoy en día se puede identificar el proceder científico es por su metodología.
La presencia de Descartes en la filosofía y la ciencia es asimismo innegable:
1- Por su influencia en corrientes posteriores. Los principales filósofos estudiaron su filosofía, alineándose de su lado (como el resto de los racionalistas), oponiéndose a él (como los empiristas); o bien, intentando una síntesis del Racionalismo y del Empirismo (como hizo Kant). En siglos posteriores (siglos XIX y XX), el hallazgo del “yo” como conciencia, fundamentó la corriente del Idealismo alemán (Hegel), de la Fenomenología ( Husserl) y del Existencialismo (Heidegger y Sartre). El Raciovitalismo de Ortega y Gasset, en el siglo XX, tampoco puede entenderse sin la filosofía de Descartes.
2- Por su modelo mecanicista del universo, y su importancia en la evolución de la física y de la filosofía. El mecanicismo, que anula cualquier causa final o propósito en la interpretación de la naturaleza –al estilo de la teleología aristotélica-, es creación de Descartes (a pesar de que su negación del vacío sea falsa). Éste es hoy el modelo dominante en la visión científica de la naturaleza. A finales del XVIII y principios del XIX, el físico Laplace, convencido del determinismo de las leyes físicas, dijo que cuando conociéramos todas las leyes que actúan en el universo, no se necesitaría de la hipótesis cartesiana de un “Dios relojero” como causa eficiente del universo (Dios como creador de la maquinaria perfectamente coordinada del universo, comparándola a ésta con el mecanismo de un reloj).
El dualismo cartesiano ha generado numerosos debates:
- La consideración del cuerpo como una máquina abrió la posibilidad del estudio del cuerpo humano, pero también abrió el problema de la relación entre cerebro y mente (Descartes proponía la glándula pineal como el punto de interacción de las dos sustancias), y la explicación de la conducta humana.
De resultas del dualismo, se dividió el campo de estudio de la conducta humana en dos tradiciones psicológicas distintas: la primera se dedicó al estudio de la mente, utilizando la introspección como método. La segunda, empirista o experimental, se limita al estudio neurofisiológico del cerebro.

En relación con el problema mente-cerebro, a partir de Descartes y hasta nuestros días, encontramos distintos planteamientos. En este terreno se plantean preguntas de gran interés, desde el punto de vista filosófico y neurocientífico: ¿son las actividades mentales distintas o idénticas a los procesos cerebrales? Para los que piensan que ambos son lo mismo, la pregunta que surge es: ¿a qué se debe en ese caso la ilusión de que nos parezcan diferentes? Por su parte, quienes consideran que la explicación de la mente debe encontrarse en la actividad del cerebro deberían preguntarse, en cambio, cómo los procesos cerebrales producen los procesos mentales. Y, para aquellos para los que la mente tiene una cierta independencia respecto del cerebro, resulta obligado plantearse si se puede o no separarlos nítidamente y cómo se relacionan entre sí.

En la crítica al dualismo cartesiano destaca el análisis del neurofisiólogo portugués Antonio Damasio, que en su libro “El error de Descartes” (Editorial Crítica, 2001) considera que bajo el error del dualismo cartesiano se encuentran toda una serie de ideas sobre el cuerpo, el cerebro y la mente que, de un modo u otro, siguen siendo influyentes en las ciencias y las humanidades de Occidente.




TEXTO DE NIETZSCHE


"¿Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?... Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo.

Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni (desde la perspectiva de lo eterno)., cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos hanvenido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan y rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran. Se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, incluso refutaciones.

Lo que es no deviene; lo que deviene no es… Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es.

Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les escapa. “Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? ¡Lo tenemos! -gritan dichosos- ¡Es la sensibilidad! Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia, de la mentira. La historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es “pueblo”.

¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono teísmo con una mímica de sepulturero! ¡Y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idea fija de los sentidos!, ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen! Refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real.”

Friedrich Nietzsche, “La razón en la filosofía”, 1. En El crepúsculo de los ídolos.

I.                   EXPLICA EL CONTEXTO FILOSÓFICO-CULTURAL QUE INFLUYE EN EL AUTOR DEL TEXTO

El texto que vamos a comentar es un fragmento de El crepúsculo de los ídolos del filósofo alemán Friedrich Nietzsche. En esta obra, critica al racionalismo presente en toda la filosofía occidental. El título alude a la muerte de todos los ideales (ídolos) de la cultura cristiano-idealista. Junto con Dios y los conceptos filosóficos, Nietzsche también rechaza ideales políticos como la democracia o la igualdad; e ideales morales, como la bondad o la justicia. Incluye capítulos con títulos sugerentes como ‘El problema de Sócrates’ o ‘Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en una fábula’. El título de este libro es una respuesta a la ópera “El ocaso de los dioses” (1876), de R. Wagner.

Friedrich Nietzsche nació en Röcken (Alemania) en 1844, y murió en Weimar en 1900. Era hijo de un pastor protestante. A los 24 años, es nombrado catedrático de griego en la universidad de Basilea (Suiza). Para ingresar en la universidad, tuvo que renunciar a su nacionalidad alemana. Sin embargo, tampoco adoptó la nacionalidad suiza, permaneciendo apátrida hasta su muerte. A los 35 años, enfermó y abandonó su plaza como profesor. A partir de aquí, Nietzsche va haciéndose filósofo, sin dejar de ser filólogo. Entabló amistad con el músico alemán R. Wagner y su esposa Cósima. Al cabo de los años, romperá esta amistad pues N. considera a Wagner un enemigo que representaba los peores defectos de la cultura alemana: le acusa de ser antisemita.

Desde los 35 años, vivirá con una pequeña pensión que le paga la universidad. Durante diez años, viaja por Europa (Niza, Venecia, Turín, Roma, Génova, Barcelona, etc.). Los veranos los pasa en el balneario de Sils-María (Suiza): dedica varias horas al día a pasear y meditar y, de noche, escribe. Son los años del filósofo errante, periodo en que escribe casi toda su obra. Entabla amistad con el filósofo judío Paul Rée y con la escritora de origen ruso Lou Salomé, un amor no correspondido. A partir de los 46 años, irá abandonando toda actividad intelectual, pues su enfermedad (sífilis) le produce dolores de ojos y cabeza, vómitos, etc. Padece una parálisis cerebral progresiva. Su lucidez se va deteriorando hasta llevarlo a la locura. Entonces se ocuparán de él su madre y su hermana.

Su hermana Elizabeth admiraba a Nietzsche, pero tenían ideas distintas. Estaba casada con un militar alemán de ideología nazi antisemita y utilizó la obra de su hermano para justificar tal ideología. A semejanza del archivo dedicado al poeta alemán Goethe, Elizabeth creó en la ciudad de Weimar el “Archivo Nietzsche”, publicando, con censura, toda la obra de su hermano. Así falseó y tergiversó su pensamiento. Por esta razón, se han dado interpretaciones equivocadas del mismo hasta hace algunos años, como, por ejemplo, hacer de él un precursor del nazismo.

Desde el punto de vista del contexto histórico-cultural, el siglo XIX está marcado por la inestabilidad y las revoluciones políticas (liberalismo, movimientos democráticos, socialismo y anarquismo). Es también el siglo de la Revolución industrial y del auge de la burguesía, dotada de gran poder económico.

El movimiento cultural predominante recibe el nombre de Romanticismo. Éste rompe tanto con la exaltación de la razón como con la búsqueda de la universalidad (características de la Ilustración). Ahora pasa a destacarse la irracionalidad del sentimiento, el individualismo y el pesimismo, todo ello acompañado por un encumbramiento del arte como vía de expresión privilegiada.

Desde el punto de vista filosófico, cabe destacar:

1. La filosofía anti-hegeliana, con los filósofos Schopenhauer (alemán) y Kierkegaard (danés) para quienes el fundamento metafísico de la realidad es la Voluntad Irracional. Defienden la existencia del individuo frente a la Idea o Espíritu Absoluto de la filosofía de Hegel. Estos autores darán lugar a la filosofía existencialista.

2. El Positivismo del filósofo francés A.Comte, heredero del empirismo inglés (Hume). El Positivismo sí defiende los ideales ilustrados: confianza en la razón y en la ciencia para dominar la naturaleza y perfeccionar el sistema social (optimismo histórico).

3. Es también el siglo del Anarquismo y el Socialismo (tanto el llamado utópico, como el marxista).

4. Por último, es el siglo del Evolucionismo, con la publicación de El origen de las especies, de Charles Darwin, en 1850; y del Psicoanálisis de S. Freud.

Nietzsche rechazó tanto el positivismo como el racionalismo hegeliano y el socialismo, y elaboró una filosofía vitalista crítica con la cultura y la moral occidentales. En este contexto cultural y filosófico, N. buscaba alcanzar una gran difusión de su obra y esto, unido a su voluntad de artista, le convierten en un filósofo-poeta. Por eso, no es sistemático o riguroso en la exposición de sus ideas y utiliza habitualmente aforismos o sentencias.

Sus obras fundamentales podemos clasificarlas en dos etapas:

·         Anteriores a Así habló Zaratustra: El nacimiento de la tragedia (1871) –donde reflexiona sobre la tragedia griega como modelo de existencia–.

·         Así habló Zaratustra (1883) –que es su obra filosófica fundamental donde expone su defensa de la vida a través del profeta Zaratustra. En la Primera Parte el tema central es la muerte de Dios; en la Cuarta Parte se habla del superhombre. Todo ello en un lenguaje enigmático y poético.

·         Posteriores a A.H.Z.: Crepúsculo de los ídolos (1889).

 

II.                IDENTIFIQUE Y EXPLIQUE LAS IDEAS CONTENIDAS EN EL TEXTO

 

1.    Estructura del texto

Por su contenido, este texto consta de tres partes: la primera parte se corresponde con el primer párrafo. En ella, se hace una presentación del tema a desarrollar en torno a cuál es la idiosincrasia o manera de ser de los filósofos.

La segunda parte ocupa las líneas 3 a la 10, es decir, los párrafos segundo y tercero. Aquí se señala que la característica de los filósofos es el “egipticismo” y se explica.

Por último, podemos distinguir una tercera parte desde la línea 11 hasta el final, es decir, los dos últimos párrafos donde se habla del “engaño de los sentidos”.

2.    Tema del texto

Nietzsche hace una crítica a la filosofía tradicional desde Sócrates, que puede denominarse como filosofía (o metafísica) idealista.

3.    Análisis detallado de ideas

En el texto podemos destacar las siguientes ideas:

-          Idea 1: Según el autor, los filósofos idealistas poseen como idiosincrasia o característica fundamental: el momificar la realidad a través de conceptos como pueden ser el de sustancia, esencia o ser (“momias conceptuales” los denomina). Es lo que en la primera parte llama “su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo”. Nietzsche se refiere a la filosofía idealista, que es la que ha imperado en Occidente desde Sócrates y Platón hasta el presente.

-          Idea 2: La filosofía idealista niega el movimiento y la diversidad. El idealismo pretende reducir la realidad a conceptos que la unifiquen y que permanezcan estables a lo largo del tiempo. Así, por ejemplo, mientras que el concepto de sustancia es lo que permanece y unifica una cosa; los accidentes son las características diversas que se modifican con el tiempo. Para la metafísica, la sustancia es lo real u objetivo, mientras que los accidentes son algo variable y subjetivo. Por eso, Nietzsche afirma que según los filósofos idealistas “lo que es no deviene; lo que deviene no es” (línea 9 del texto).

-          Idea 3: La metafísica idealista implica un rechazo de los sentidos y una negación del cuerpo, frente a la exaltación de la razón y el alma. Los filósofos idealistas acusan a los sentidos de ser mentirosos, mientras que las ideas de la razón son verdaderas. Así lo hemos visto, por ejemplo, en la filosofía de Descartes. Nietzsche, resume este rechazo de la sensibilidad como responsable de todo error así: “Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos” (líneas 16-17) y también: “Fuera el cuerpo” (línea 19). Ya vimos cómo Platón afirmaba que el cuerpo es la cárcel del alma.

 

III.             JUSTIFIQUE LAS IDEAS DEL TEXTO EN RELACIÓN CON LA FILOSOFÍA DEL AUTOR

      A) La filosofía vitalista frente a la idealista

            La obra de N. constituye una reivindicación del valor de la vida corporal frente al desprecio que hacia ella han sentido todos los filósofos idealistas desde Sócrates y Platón hasta Hegel. Defender la vida de estos intentos de sofocarla es su principal objetivo. Este talante vitalista le lleva así a oponerse a lo que ha sido la civilización occidental desde la Antigua Grecia hasta la actualidad, dominada por la tradición judeo-cristiano-platónica. Esta tradición es considerada por N. como una amalgama de fuerzas que han conspirado contra la vida sirviéndose de dos instrumentos básicos: la moral cristiana y la filosofía idealista. El principal engaño de la filosofía (o metafísica) tradicional se inició con Sócrates y Platón, y perdura hasta la actualidad. Consiste en haber creado la ilusión de que existen dos mundos: uno falso, que es el mundo material en el que existimos -el mundo de la vida-, y otro supuestamente verdadero, que es el mundo espiritual o mundo de las Ideas. Con esta falsa duplicación del mundo lo que se pretende es desprestigiar la vida corporal y anular todo lo que ella tiene de instinto, pasión, sensualidad, etc. Con la aparición del cristianismo (que N. considera la versión popular del platonismo) este engaño se popularizó y reforzó al extenderse al pueblo llano que no había tenido acceso a la filosofía platónica-idealista.                                                                                                                                                           Por todo esto, N. considera la civilización occidental como una CULTURA DECADENTE que hay que eliminar desde su raíz para sustituirla por una cultura nueva y superior tomando como  modelo la sociedad griega anterior a la aparición de Sócrates, una sociedad formada por hombres felices de su propia existencia hasta el punto de que sus dioses les envidiaban y se mezclaban en su propia historia. Toda la filosofía idealista que surge con Sócrates y Platón se puede condensar en una palabra: Dialéctica, entendida como una confianza absoluta en las capacidades ilimitadas de la razón humana, tanto en lo que se refiere al conocimiento (capacidad absoluta para conocer cualquier cosa) como en lo que se refiere a la felicidad humana(capacidad para resolver problemas de cualquier tipo). Por Dialéctica entiende N. un optimismo absoluto respecto a las posibilidades de nuestra razón. Esta actitud optimista perdurará en filósofos como Descartes, Kant o Hegel, por citar algunos, y es la actitud dominante en toda la filosofía occidental. N. pretende iniciar una nueva manera de hacer filosofía más alejada de la razón y la ciencia, y más próxima al arte, pues es la intuición del artista, y no la razón del filósofo o el científico, la que nos puede ofrecer una imagen válida de nuestra existencia y de la realidad.

En el texto, se hacen referencias continuas a esa visión idealista de la metafísica tradicional. Así, se refiere a lo que denomina “momias conceptuales” (línea 5) para referirse a conceptos como “yo”, “sustancia” o “esencia”; y resume la concepción de la metafísica tradicional platónica con la frase: “lo que es no deviene; lo que deviene no es” (línea 9).

B) Lenguaje y realidad

            La metafísica o filosofía tradicional se ha apoyado continuamente en el lenguaje para imponernos su engaño. Mediante la razón y sus conceptos (substancia, esencia, etc.) los filósofos han intentado ofrecernos una imagen petrificada o inmóvil de la realidad que, en verdad, no es más que un ir y venir continuo en el que todo se transforma y nada permanece con el transcurrir del tiempo (como nos enseñó Heráclito, filósofo admirado por N., tanto por su estilo  aforístico, como por sus teorías sobre el Logos). Mediante los CONCEPTOS se ha pretendido detener este flujo permanente que es la vida, ofreciéndonos una foto fija de las cosas. Éstos no son sino nombres desvirtuados de la siguiente manera: una palabra que en su origen sirvió para nombrar a un ser individual, acaba por convertirse en concepto cuando, eliminando las diferencias individuales y destacando sólo los rasgos comunes pasa a designar un conjunto de objetos, haciéndonos caer en el error de suponer que existen algo así como realidades espirituales o ideales correspondientes a cada uno de estos conceptos (“hombre”, “justicia”, “bien”, etc.). Por tanto, no sólo se inventa una supuesta realidad espiritual sino que además se inventan nombres para denominar las entidades que pueblan tal realidad. Los términos “sustancia” y “esencia”  también se han utilizado tradicionalmente para denominar a presuntas realidades que no cambian con el transcurrir del tiempo. Todos estos conceptos proceden de una subestimación del valor de los sentidos y una sobreestimación de la razón. Hemos de aceptar el testimonio de los sentidos que nos dicen que lo único que existe es el devenir, el cambio incesante, la apariencia, los seres individuales, y que nada permanece inmutable. Así, en el texto leemos: “Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia, de la mentira”. (Líneas 13-15). Y añade con ironía: “Y, sobre todo, fuera el cuerpo” (línea 19), refiriéndose así al dualismo de la filosofía tradicional.

            Conclusión: A la visión racional, unificada y estática de la realidad que ofrece la metafísica tradicional (a través del concepto fundamental de sustancia aplicado a la realidad material, al sujeto pensante y a Dios), Nietzsche opone la vida como realidad irracional (el instinto, no la razón, tiene aquí el mayor peso), múltiple y dinámica.

IV.             RELACIÓN DEL TEMA O EL AUTOR DEL TEXTO CON OTRA POSICIÓN FILOSÓFICA

Podemos establecer una comparación entre la filosofía de Nietzsche y la filosofía de Platón en varios aspectos.

La TEORÍA DEL CONOCIMIENTO de N. es esencialmente antiplatónica. En primer lugar, para Platón existe una verdad absoluta, intemporal y necesaria, que el filósofo puede conocer más allá del mundo del cambio y del devenir. Platón lucha contra el relativismo de los sofistas; N., muy al contrario, considera que no existen verdades universales, sino más bien distintas interpretaciones del mundo, distintas perspectivas desde cada “voluntad de poder”. En este sentido, N. es un relativista. Las ideas platónicas no son para N. vehículos de conocimiento, no son la verdad, sino un error producido por el lenguaje en el que se omite el cambio, el devenir, todo lo particular, es decir, la esencia de la realidad. Para N., el arte se convierte en un medio de conocimiento válido, al contrario que Platón, el cual expulsa a los artistas de su República ideal, ya que producían imágenes que pervierten a la juventud. Para N., el arte, la música y la tragedia griega nos ofrecen la verdadera esencia de la realidad, que no es apolínea, sino la revelación dionisíaca de que la vida es esencialmente trágica. Para N., el error es necesario, ya que es un medio para la conservación de la vida, y la verdad no es más que aquello que acrecienta y hace más fuerte la vida, aquello que da poder.

En su METAFÍSICA, y como consecuencia de lo anterior, N. rechaza de lleno el dualismo platónico: si el filósofo griego consideraba que existen dos mundos (sensible y de las ideas), el filósofo alemán considera que no hay más mundo que el mundo material del cambio y del devenir, y que éste es el verdadero mundo que tiene que conocer el filósofo. Ese conocimiento no se desarrolla al margen del cuerpo y de la sensibilidad, como pensaba Platón al descartar la experiencia sensible, sino teniendo al cuerpo y a la sensibilidad como verdaderos vehículos de conocimiento, puesto que no hay más mundo que éste.

Desde el punto de vista de la ANTROPOLOGÍA, la filosofía no es una preparación para la muerte, al modo platónico. Si Platón consideraba que la muerte nos liberaba del mundo sensible y nos permitía conocer la verdad del mundo inteligible, N ., al contrario, considera que la actitud del filósofo tiene que ser la afirmación de la vida. N. define la verdad no desde la razón, al modo platónico, sino desde la voluntad.

Y, por último, respecto a la MORAL, N. propone una moral vitalista frente a la moral racionalista platónica: N. rechaza ideales como los de bondad o justicia, y los sustituye por valores vitalistas (vigor, salud, placer, alegría).

En sus PLANTEAMIENTOS POLÍTICOS, podemos hallar dos puntos de coincidencia entre Platón y Nietzsche:

-La defensa del sentido aristocrático de la existencia, aunque desde perspectivas diferentes. No se trata de una aristocracia de la sangre o del dinero, sino que en el caso de Platón es una aristocracia del conocimiento (los más sabios deben gobernar), y en Nietzsche, una aristocracia de los creadores de nuevos valores vitalistas (“moral de los señores”).

-La crítica a la democracia y al igualitarismo: así, para Platón la democracia es una mala forma de gobierno pues en ella reinan los instintos más bajos del “alma concupiscible”. Para N., la democracia es una expresión de la “moral del rebaño”, los resentidos contra la vida.

 

V.                VALORE DE MANERA RAZONADA LA ACTUALIDAD DE LAS IDEAS CONTENIDAS EN EL TEXTO O DEL PENSAMIENTO DEL AUTOR.

Podemos hallar una nueva versión del nihilismo que denuncia N. en la actual sociedad consumista que siente el vacío por poner su interés en falsos valores (el dinero, el poder o la fama). Buena parte de esta sociedad se deja llevar como un rebaño por estos valores, careciendo de un proyecto vital personal, y dejándose manipular por otros (como los poderes económicos del sistema). Podemos destacar otro aspecto negativo de la sociedad actual como la poca solidaridad y la competitividad. Esto supone una manifestación de la ley del más fuerte y la voluntad de poder nietzscheana. Así, los poderes económicos manipulan a las personas y crean en ellos falsos ideales (consumismo, la imagen personal, la moda…). Por otra parte, en la Filosofía Posmoderna de la segunda mitad del siglo XX (con autores como G. Vattimo y E. Cioran) se reproduce la crítica de Nietzsche a la tradición occidental y a sus valores herederos del idealismo filosófico. La filosofía de Nietzsche también ha estado presente en las vanguardias artísticas del siglo XX y en el pensamiento anarquista.

Y, para finalizar, a la filosofía de Nietzsche pueden hacérsele algunas CRÍTICAS. Por ejemplo, debido al inmoralismo de su pensamiento, que rechaza todo valor moral que no sea compatible con la fuerza vital, hay aquí un peligro de disolución social que surge cuando lo único que impera es ley del más fuerte. No obstante, el discurso de Nietzsche cuando habla de razas humanas, debe ser interpretado siempre en clave metafórica, refiriéndose a tipos de carácter, más que a tipos fisiológicos.

Puede señalarse también la ambigüedad de la teoría del eterno retorno: no llega a quedar claro si su sentido es literal (como la doctrina budista de la transmigración o la pitagórica del eterno retorno de lo idéntico) o es también una simple metáfora o simplemente, la expresión de un deseo.


ÁNGEL RAMÍREZ MEDINA, Doctor en Filosofía por la Universidad de Granada

Identificador ORCID: 0000-0003-3788-3022

Miembro del Grupo de Investigación "Lenguaje y Pensamiento: relaciones de significación" (Universidad de Almería)

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